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Concentrados

Hace unos días, el identificador que registra la edición de libros en España, ISBN (International Standard Book Number), difundió una curiosa observación surgida de sus análisis internos, que concluía que los libros publicados en el 2019 son más delgados que los que se editaban en el 2011. Cifraba el adelgazamiento en una media de 20 páginas menos por ejemplar que hace ocho años, hecho que los analistas atribuían a la voluntad explícita de los editores de tender a publicaciones que resulten fáciles de consumir, que no exijan invertir en ellos mucha competencia intelectual, dada la menguante capacidad de atención y concentración que, habrían constatado, muestra la población aficionada a la lectura.

Casi de forma simultánea a la difusión del dato del ISBN, se dio a conocer otro no menos inquietante que resulta complementario del primero: el uso continuado de whatsapp y el resto de plataformas en red reduce la capacidad de atención y concentración de los usuarios y habitúa al cerebro a consumir mensajes de impacto, cortos, cambiantes, de fácil comprensión y que apenas exigen invertir en reflexión.

Ambas noticias me parecieron preocupantes. Tanto por la pequeñez intelectual a que parece encaminarse un importante sector de la sociedad, como por el choque frontal que supone esa tendencia con cualquier método de transformación y desarrollo personal y espiritual. Sin atención y concentración no es posible detenerse a meditar sobre los planos que forman la realidad, sobre quien y cómo somos, que significado tiene la vida, la muerte, el sufrimiento o nuestra función en el universo.

Pero además, y aparte de la pérdida de tiempo dedicado a temas muchas veces banales, convendría no perder de vista la facilidad con que se puede manipular el criterio y el punto de vista de unos ciudadanos adiestrados en la deglución de bocados de información procesada. Individuos incapacitados para juzgar el trasfondo y la motivación con que se les facilitan las toneladas de impactos visuales que consumen absortos y, ahí si, concentrados en un ejercicio que apenas permite disponer de un paréntesis para el pensamiento propio. De uno mismo.
À.G.

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